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El nuevo trabajo de la fotógrafa mejicana Vida Yovanovich, Soledades Sonoras, abandona la temática de su anterior trabajo dedicado a la vejez para mostrar a partir de 13 testimonios femeninos, “la mujer culpable que sufre por querer vivir un poco”. Soledades sonoras se traduce así como un mundo del abandono, la soledad y la compasión en el cual la impotencia en que viven en las prisiones las mujeres fotografiadas es un sentimiento compartido también por la autora.
La fotógrafa, que encarna en ella misma la paradoja de llamarse Vida y trabajar siempre con la muerte y la soledad, ha dejado de esta manera el miedo a la vejez en que basaba su anterior trabajo en asilos, “La cárcel de los sueños”, para pasar a un trabajo probablemente “más político” detrás del que se esconde la intención de dirigir la mirada de los otros. Yovanovich, que afirma vivir en carne propia la paralización de sus sueños, continúa tratando con una extrema sensibilidad el eje central de su obra, el respeto por el paso del tiempo, pero esta vez desde un nuevo espacio que “encierra el mismo encierro que ha vivido ella”.
El fotógrafo y profesor de fotografía de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona ha destacado durante la presentación del acto como a pesar de trabajar en territorios tan hostiles y fotografiados como los asilos y las cárceles, Yovanovich consigue darles una perspectiva especial en la cual la explicación de sus inquietudes se revela como uno de los ejes centrales.